Mi experiencia en el curso Vipassana Barcelona
Me gustaría explicaros cómo fue mi experiencia en el retiro que hice de Vipassana Barcelona , en el centro llamado Dhamma Neru. Espero que os dé una idea de cómo puede ser un curso de este tipo, no obstante es verdad que cada uno puede vivir y experimentar el curso de forma muy diferente a la mía, cada uno tiene su verdad.
Antes de empezar a explicar la experiencia me gustaría contaros como me animé a realizar el Vipassana Barcelona. La verdad es que hacía ya bastante tiempo que tenía en mente el hacer este curso. Pero por una razón o por otra, nunca encontraba el momento. Supongo que disponer de 10 días no es fácil, y sacrificar las vacaciones de verano por este curso, no me convencia. Sin embargo todo llega en su debido momento, aquel entonces no era el momento.
Mis intentos previos al Vipassana Barcelona
No fue hasta el viaje en India, que sentí realmente que había llegado el momento para realizarlo. No sé si porque estábamos en tierras donde había nacido el Vipassana, o porque muchos de los viajeros nos hablaban de él. Fuese lo que fuese durante el viaje, yo y Oriol tomamos la decisión de poner prioridad en hacer un Vipassana.
Nos inscribimos para hacer un curso en el sud de la India. Pero unos días antes de empezarlo nos tuvimos que dar de baja, porque yo no estaba del todo recuperada de un virus estomacal que cogí, a parte que entrábamos en el curso un día después de llegar de un largo viaje en tren de 48 horas. Por una cosa o por otra decidimos cancelar el curso, y hacerlo más adelante. Depende del centro que vayas, en la Índia no necesitas apuntarte en los cursos con tanta antelación que en España.
Finalmente en nuestra estancia en la India no encontramos el momento para hacer el Vipassana, como íbamos hacía Tailandia, pensamos que tal vez lo podríamos hacer allí. Nos apuntamos para hacer un curso en un templo cerca de Bangkok, pero el primer día que entramos el templo, una de las monjas que nos recibió, nos explicó que en aquel templo hacían un curso de sanación muy especial, que valía la pena hacerlo, total, el curso Vipassana lo podíamos hacer en muchos sitios del mundo, este curso no que realizaban no.
Vipassana Barcelona
El destino decidió que tenía que hacer mi primer Vipassana cerca de casa, en el centro de Barcelona, y la verdad es que estoy muy contenta de ello. Creo que si lo hubiera hecho en la India o Tailandia hubiera sido más duro, ya sea por la comida, el clima o la cultura.
Así pues, me apunté para hacer el curso del 14 al 25 de diciembre de 2017. Antes de entrar al curso, llevaba unos días que estaba nerviosa, no sabía qué me encontraría, cómo sería. La mente empezó hacer de las suyas y a dar más vueltas de lo necesario.
A través de la web de Dhamma Neru, donde hay una sección para intercambio de viajes, contacté con una chica Sabadell que se ofreció para compartir su coche para ir hacía allá. Fue un viaje agradable. Cuando llegamos todo fue muy rápido, me inscribí, me cogieron el móvil, las cosas de valor y me indicaron donde tenía que dormir, ya estaba dentro del templo. Nos dejaron que hasta las 19h se podía hablar con las compañeras, todas estábamos nerviosas. Mujeres y hombres están separados, solo en la sala de meditación se juntan, aunque los hombres se sientan a la izquierda y las mujeres a la derecha.
A las 18:30 nos hicieron una reunión de bienvenida, para explicarnos todas las normas y a las 19h. entramos en la sala de meditación, a partir de este momento empezó el noble silencio que duraría los 10 días siguientes. No podía hablar con nadie, ni cruzar miradas, ni tocar. Eso sí, puedas hablar con la manager, y con la profesora de meditación durante todos los días si lo necesitas, por si tienes los diferentes dudas o cuestiones que te puedan surgir de la técnica de meditación o de la estancia.
Los 10 días de mi Vipassana Barcelona
Cuando empecé el noble silencio, enseguida entré en el rol de no relacionarme con nadie, no me costó demasiado, aunque mira que me considero una persona social. La verdad es que no se estaba nada mal, no tener que aparentar nada, no tener de preocuparte por que dices, por dar una imagen al otro. Realmente eso lo vivi como un descanso.
El primer día de curso fue muy duro, tantas hora sentada, me dolía todo el cuerpo, me fui a dormir con dolores por todas partes. Sin embargo la mañana siguiente me levanté muy bien, ya no tuve más dolores corporales de este tipo en todo el curso. La verdad es que el cuerpo se acostumbra rápidamente.
En un día podía pasar por diferentes estados: cansada, animada, alegre, triste, no entendía muy bien que era todo eso, pero yo observaba. Como no lo puedes hablar con nadie, vives la experiencia en estado puro, muchas veces sin ponerle palabras. Es difícil explicarlo, pienso que para entenderlo lo tienes que vivir. En esos días viví cosas muy intensas, salieron recuerdos del pasado en imágenes, salieron miedos, salieron manías que tengo. La verdad es que tampoco lo pase bien Lo di todo, me esforcé al máximo, esto es lo que tienes que hacer si vas a un Vipassana, entregar y dar lo máximo de ti. Como más te entregues más al fondo llegarás, más aprenderás y más te servirá la técnica.
El curso está programado para ir evolucionando día tras día. Te van enseñando la técnica de meditación día muy bien explicada, donde cada día aprendes cosas nuevas. Hay días más duros que otros, para mi el primer, el tercer y el sexto día fueron los más duros.
El día más duro de mi Vipassana Barcelona
Sobretodo el sexto día para mi fue uno de los más duros de todos, porque hay 3 horas al día que en la meditación no te puedes mover. La primera hora que tuve que pasar sin moverme, el cuerpo me empezó a doler por todas las partes, y tenía que resistir y luchar con mi mente, hasta ver este dolor de forma ecuánime. Estás de meditación que no me podía mover fueron muy duras, pero también aprendí muchísimo. De hecho, son importantísimas. A veces me daba la sensación que me habían dado una paliza, pero realmente viví esta ecuanimidad del sufrimiento, y fue increíble.

Lo que me ayudo a superar los 10 días de Vipassana Barcelona
El curso fue muy duro, pero hay varios aspectos que me ayudaron a continuar y me gustaría explicaros cuales fueron.
- Primero de todo, el amor que recibía y sentía hacia las voluntarias que estaban allí sirviendonos.
- Segundo, la comida que nos dieron fue riquísima y estaba hecha con mucho amor.
- Tercero, el apoyo de la manager, la cual estaba siempre a nuestro servicio, nos ayudó muchísimo, me sentí muy acompañada.
- Cuarto, las charlas que ponían de Goenka por la noche, me ayudaban a entender la técnica, a entender la filosofía, además muchas de las charlas Goenka daba ánimos para que siguiéramos, lo sentía muy cercano. La verdad es que los audios de Goenka están muy bien hechos. Ahora que lo pienso, la primera vez que escuche Goenka, me entró la risa, de hecho me entró la risa muchas veces durante el curso, supongo que era una forma de salir de las tensiones, del sufrimiento, era una forma de escape.
- Quinto y último, otro de los momentos que me ayudaron fueron las horas libres. Cuando podía andar por el patio. Los primeros días andaba muy rápido, estaba preocupada por el cuerpo. Pero a medida que fueron pasando los días, el andar fue haciéndose más lento. Empecé a contemplar la natura, como nunca lo había hecho. Los pájaros, las hojas, los árboles, todo me parecía maravilloso. Fue increíble vivir este saber contemplar de verdad, con calma, sin prisas. En el tiempo libre también aprovechaba para ducharme, eso también me ayudaba, era cómo hacerme un masaje. El agua cayéndome por todo el cuerpo, relajandome, queriéndome, me recargaba de energía.
Cuando estás tantos días en silencio y meditando, la mente se relaja, se aquieta, los pensamientos se reducen. Además es muy interesante como puedes observar con más distancia los pensamientos, y como muchos de estos se se van repitiendo día tras días. Todo esto te permite tomar distancia y observar cómo funciona tu mente, es muy interesante. Intenté cambiar algunos de mis pensamientos repetitivos y la verdad es que lo conseguí con algunos, fue muy agradable y satisfactorio ver que la mente se puede reeducar. Somos esclavos de nuestros pensamientos, estos nos condicionan y no nos dejan ver las cosas tal y como son, como bien dicen, es el “arte de vivir”.
El último día, después de la meditación de la mañana, se rompe el noble silencio. Las primeras palabras que me salieron son “no se que decir” la verdad es que me hizo un poco de pereza hablar. Pero también tenía ganas de preguntar por la experiencia de las compañeras, ya que durante todo el retiro, las observé y me hice una idea de cómo podían ser. Sin embargo, solo fueron construcciones mentales, que después me di cuenta que la mente me había ha vuelto a engañar. Casi ninguna de la chicas era como me las había imaginado. La verdad es que fue bonito conocerlas, compartir las experiencias. El último día es muy bonito, pero también es duro y agotador.
¿Y después del Vipassana Barcelona, qué?
Salí del Vipassana el 25 de diciembre, navidad, la verdad es que salí super centrada, pensaba que sería duro el contraste, y lo fue un poco, tanta gente de golpe. Pero salí muy bien, con una mente muy limpia, con pocos pensamientos. Podía observar con más distancia los pensamientos obsesivos de la gente, y no entrar o dejarme influenciar por ellos. Hacía tanto tiempo que quería eso, que quería que la mente no me dominará, que pudiera ser jefa de mi vida, fue un gozo vivirlo. Los primeros días fueron increíbles, nada me afectaba, en todo sentía una distancia. Empecé a ver los efectos del Vipassana, el gran regalo que me había aportado esta técnica.

El poder vivir más el presente, y no dejarme llevar por los pensamientos, tanto mios como los de los demás. Ahora entiendo porque le dicen “el arte de vivir” Desde que he salido he podido experimentar los beneficios que aporta el Vipassana, por eso sigo practicando y seguiré practicando. Porque es una técnica maravillosa, buenissima, que nos puede ayudar a ser más felices, y llevar más paz, amor y compasión en el mundo, que ya se necesita… Estoy en el camino, pero este tan solo ha hecho que empezar, ahora a trabajar y ha ser fuerte y persistente en la meditación.
Agradezco a todos los que han hecho posible que pueda beneficiarme de esta técnica, y quiero aportar y ayudar a que mucha gente más pueda conocer y beneficiarse de ella. Así que animo a todo el mundo que tenga la curiosidad y se sienta preparada para hacer el curso, que se arme de valor y lo haga, porque vale mucho la pena. 🙂
Si quieres saber todo lo referenete a ¿qué es un curso Vipassana?, te invito a leer otro artículo en que lo explico.
También puedes leer las experiéncias de Oriol en sus cursos Vipassana Barcelona en sus artículos Meditación Vipassana. Retiro de 10 días en silencio y Mi segundo retiro Vipassana en Dhamma Neru
Y si tenéis cualquier duda, no dudéis en preguntarme.
3 Comentarios
Deseo hacer un retiro de silencio de 10 días. Realmente lo necesito, cometí el peor error con mis palabras explosivas y ahora solo deseo poder perdonarme y escucharme a mi misma.
Necesito hacer este retiro. Info por favor
Hola Sandra, gracias por contactar con nosotros.
Primero me gustaría preguntarte si tienes alguna experiencia en la meditación.
Los retiros de silencio de Vipassana 10 días son duros y exigentes, por eso es importante que te preguntes para que quieres ir. En una meditación como también en un retiro es importante el no esperar nada a cambio, sí meditamos esperando esto, para cambiar aquello, para conseguir aquello, etc. Vamos a generar tensión innecesaria, vamos a ponernos tensos antes y durante la meditación y esto puede ser un obstáculo.
Aunque si sientes que quieres ir de retiro, pues adelante, pero mi consejo es que no vayas esperando nada. Sino que vayas con la motivación de aprender a meditar, de aprender una técnica milenaria.
Para más información puedes mirar: https://mindfulnessdiario.com/blog/cursos-vipassana-que-son-y-donde-hacerlo/